A un paso del otoño, vendrán las primeras lluvias, y el frío abrirá la pauta de un largo invierno, buen momento para revisar las vivencias de lo que ha sido el verano. Entre esos muchos recuerdos, aquellos que aferran más a la tierra, la música y el baile tradicional, una forma de viajar hacia el futuro respetando la tierra. Han pasado un duro invierno de ensayos, robando espacio a sus quehaceres y obligaciones y esperamos que lo puedan seguir haciendo, para que no se quiebren las tradiciones. Lucen trajes en muchos casos heredados de sus abuelos, de un grandisimo valor artesanal.
Allí estuvieron con algunas mariposas en el estómago, uno de los días con más significado del año, para ofrecernos su trabajo en el mejor escenario, en esa plaza donde mejor brilla el dorado de sus trajes, para hacer presente la estrofa - "los mejores charros son de Macotera..."
