jueves, 14 de noviembre de 2013


Un mal día para el señor Cuesta

"Esa mañana "nevusqueaba", y se "barruntaba" en el ambiente qué no sería un buen día para Lupicinio Cuesta Zaballos, en adelante y para aligerar el nombre y porque no recuerdo su macoterano apodo, pasará a ser para los lectores el Sr. Cuesta. He aquí que el Sr. Cuesta regresaba de los vinos, los cuales se habían alargado, pues según parecía eran "días de ello",  y la que llevaba encima, digamos por ser generosos con él, no era chiquiquina, vamos,  que iba literalmente "tupio", se tambaleaba de un lado a otro, y a duras penas pudo llegar a la puerta "lantera" de su casa, en el populoso barrio de Santa Ana, calle de Cifuentes para ser exactos.

Como el lector puede imaginar, el Sr Cuesta iba hecho un "alforjas", pues  tras tener "titeres" en la plaza, venía con una "pitera" de considerable tamaño, y con un ojo "a la virulé",y  tan sólo le llegaron las fuerzas para  poder "costribarse" sobre la pared, con tan mal suerte que un "chupitel" que había caído del tejado le hizo esbararse, y para su desgracia se fue a dar con un "espejuelo". Al parecer el espejuelo lo habían dejado de mala manera los obreros en el suelo, tras "enjalbegar" la fachada de cal.
A duras penas, tuvo tiempo de levantarse y "atusarse" un poco el pelo con la mano, cuando por la puerta apareció su mujer, que no llevaba más que una bata vieja encima como hato, pues los "hatos" nuevos, se le mancharon "haciendo oficios", concretamente escarbando en el brasero de cisco. Como se puede barruntar, la mujer se quedó "orea" al ver la tupitaina y el estado que llevaba su marido y comenzó a decir "pecaos":

-¿de dónde vienes "correndero"..? !ay mandilón me tienes pocha! !Mírale como viene hecho un adán! !Ay, si no puede ni andar, le habrán traído sus amigos como un "tirinene"!!anda bobo, que estas bobo turulato!. !Yo aquí haciendo oficios y tú por ahí viviendo de bóbilis! !Miralé como trae el ojo a la virulé, con quién se habrá espelujao!. !anda! !Tira "padentro" galán!.

Como podéis suponer, y tras esta secuencia de "pecaos" nuestro Sr. Cuesta agacho las orejas, y entro "amonao" al corral de la casa. Entre tanto se quitó la "pelliza", que por cierto iba llena de "lamparones", y a duras penas pudo sentarse en un "tajo. Su mujer fue a llenar un caldero con el agua del pozo, caldero colocado justo debajo de la "tená" justo en el hueco de la "bisnera"y se lo arrojó encima, para ver si "espabilaba". Le volvió a "atusar" en la palangana, aunque más bien pareció "un lavao del gato". Acto seguido nuestro Sr. Cuesta subió las escaleras camino de la cocina, con tan mala suerte que volvió a esbarar, pues como bien dijo la escalera estaba ya "al dar las campanas", en definitiva el día se seguía barruntando  difícil.
Se sentó a la mesa y tras escarbar el brasero con la "badila" comenzó a cenar la "pesca", que esa noche su mujer, buena "guisandera"  por cierto, había cocinado, pero sucedió lo inesperado, se "añusgo" con una "argaña" y se empezó a poner rojo. Su mujer,  viendo que bebía vino para aliviarse, pensó que más que "añusgarse", que era lo que en realidad sucedía quería seguir la juerga y  cogió la "badila", pareciendo que le quisiera "agavillar".
Cuentan que el Sr Cuesta huyó de casa, cogió un "cabás" con las escrituras de la casa,y  "atronchando" por detrás de las escuelas, se refugió en un "sobrao", en el mismo "escondiriche" que cuando de joven se escapaba  de "dar paso" y hacia "torás".
Todavía cuentan que su mujer le sigue buscando, aunque para el bien de nuestro Sr Cuesta no desvelaremos donde esta su "escondiriche". Ya sé que me diréis que no "son salsas", pero es que para su desgracia, su mujer continua buscándole badila en malo, para agavillarle. Le deseamos lo mejor al Sr Cuesta, y cuento con la complicidad de los lectores,  aunque "barrunto", que no esta lejos el día que su mujer le localice."