viernes, 26 de julio de 2013

Santa Ana

Unos dicen que es la calle que va desde las cuatro esquinas hasta el hospital, otros dicen que no es sólo la calle principal, sino aquellas pequeñas calles que la arropan y forman el barrio. Lo cierto es que el pueblo no se entendería igual si no existiera Santa Ana, y Santa Ana tampoco se podría explicar si no existiera Macotera, se complementan a la perfección. Es a todas luces el barrio más peculiar y con vida propia del pueblo,  eso es innegable. Caracterizado en su pasado por su "aseada pobreza", logró salir adelante gracias a la profunda solidaridad y sentimiento de familia de sus habitantes, y aún en parte conserva parte de su espíritu. Cobijo el hospital y las escuelas. Unas escuelas que alumbraron de cultura a una población que apenas tenía tiempo ni recursos para estudiar, pues había que ir diariamente a ayudar a las familias en las duras tareas del campo. Santa Ana demostró que una escuela puede cambiar un barrio, y de allí hijos de agricultores, laneros, zapateros.., dieron sus primeros pasos para convertirse en médicos, pintores, maestros..., las escuelas como motor de transformación.
 Estos días de verano el barrio recupera su esplendor pasado y cuentan que tal día como hoy no hace muchos años, se organizaba incluso una verbena popular, que hoy se ha perdido, es el ejemplo de como a veces perdemos cosas por falta de iniciativa y de ilusión y no siempre por falta de dinero.

Santa Ana, fue y será para siempre el barrio de Juan Machaca aquel que cuando le preguntaban que calles incluía el barrio, siempre respondía que las que tú quisieras, porque la esencia de Santa Ana es un forma de entender la  vida, un sentimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario