miércoles, 24 de abril de 2013

APEROS DE LABRANZA




 Son aperos de labranza, herramientas del campo que  relucen en paredes de cal. Para sus dueños, agricultores macoteranos, son mucho más que meros objetos decorativos colgados de una pared, representan la conexión con su pueblo, con su tierra, con su pasado, con la familia, en definitiva con una forma ancestral de vida.
Detrás de ellas duros inviernos de frío y agotadores veranos de cosecha,  el dominio y el gobierno de la tierra, el sudor de largas jornadas de campo
Agricultores que al salir de casa, para el paseo o para la partida miran siempre de reojo sus aperos, como guerreros que cuidan su armas de guerra.

Si en algún momento se os ocurre preguntar su precio, para lucirlas en vuestras modernas casas, habréis de saber que sería como pedirles el precio por un brazo o una pierna, como hacedles renunciar a su pasado de apego a la tierra. Os dirán que sus aperos son parte de su vida, y que no hay dinero para comprar el sudor, el esfuerzo que esos aperos representan. 
Y dicen que las generaciones venideras las irán heredando, con el mismo orgullo con el que este año crece nuestro río.







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